No descubriremos plenamente a una mujer si no conocemos su vientre. En él se esconde, como si fuera un mapa de vida, todos los acontecimientos más importantes de su historia. Desde el primer sangrado hasta el último sentimiento vivido. En él, cual cuaderno de bitácora, permanecen sus miedos, sus amores, sus fracasos, sus esperanzas, sus noches en vela, sus alegrías, sus anhelos...todo como cicatrices que les recuerdan su condición y su genero.
Homenaje sincero a su lucha cotidiana, mujer valiente que mira cara a cara a la vida desafiándola desde la preñez de su vientre...
Todos procedemos de un vientre. Él ha sido nuestra primera morada hecha de amor y sangre. Desde los bellos poemas de Miguel Hernández cantados por Serrat vemos su seguridad frente al mundo: " Menos tu vientre todo confuso..."
Cada mujer tiene en su vientre un gran tesoro en el que guarda cada pequeño detalle para ofrecerlo al mundo como reivindicación permanente de su forma de entender la vida, de sentirla, de transmitirla de generación en generación.
